La familia real británica puede recibir un golpe definitivo. Virginia Giuffre ha dado uno de los testimonios más crudos que se recuerden y apunta directamente contra el príncipe Andrés de Inglaterra, tercer hijo de la reina Isabel II, a quien denunció por abuso y a quien quiere sentar en el banquillo.
"Estoy contenta, porque tendré la oportunidad de exponer la verdad", dijo Virginia, en las primeras declaraciones que ha brindado públicamente después de que la reina decidiera quitarle los títulos a Andrés. Luego agradeció a su equipo legal, que con su "determinación" la ayudaron a seguir adelante y afrontar el duro proceso. "Mi objetivo siempre ha sido demostrar que los ricos y poderosos no pueden estar por encima de la ley y que deben rendir cuentas. No estoy sola en mi camino, sino junto a los incontables supervivientes", manifestó, dejando claro que no va a haber acuerdo económico posible.
La mujer que ahora tiene 38 años, declaró que en 2001 fue obligada por Jeffrey Epstein a mantener relaciones con el príncipe Andrés en tres oportunidades diferentes. Según ella, estas se produjeron en las casas que poseía el financiero en Nueva York, Londres e Islas Vírgenes. Aclaró, además, que el hijo favorito de la reina sabía perfectamente la edad que tenía ella en ese momento.
Lejos de negar las acusaciones, el príncipe Andrés quiso desviar el foco y presentó un papel firmado por la joven en 2009, en el que se comprometía a no llevar a la justicia a Jeffrey Epstein, organizador de esos encuentros, y "a otros potenciales acusados", a cambio de medio millón de dólares. Sin embargo, el juez Lewis A. Kaplan desestimó esa posibilidad, por lo que, salvo un acuerdo de último momento, el príncipe deberá sentarse en el banquillo. Virginia Giuffre se encuentra a un paso de hacer historia.