¡Buenas noticias para Mariló Montero (56)! La periodista acaba de ganar la batalla legal que emprendió contra Diego Arrabal (51) y Gustavo González (56) hace unos años, luego de que la fotografiaran a ella y a una amiga sin su consentimiento y realizaran insinuaciones sobre dichas imágenes. Como parte de su condena, los paparazzis deberán indemnizarlas por 340.000 euros. Esta es la mayor condena de este tipo en la historia de la justicia española.
El conflicto se remonta al periodo de tiempo ubicado entre diciembre de 2014 y enero de 2015. Los dos periodistas, que trabajan para la empresa de fotografía Código Press, hicieron un seguimiento a la presentadora cuando se encontraba con su familia en las Islas Maldivas.
Tras localizar a Mariló, "Arrabal y González comenzaron a seguirla continuamente a escondidas y llegaron a captar, sin el conocimiento y consentimiento suyo, imágenes suyas en bikini y la de sus hijos en la cubierta del barco" como bien explica la sentencia a la que el medio 'El Confidencial' tuvo acceso.
Poco después, Montero se desplazó a Bora-Bora con una amiga. Al aterrizar en España le hicieron saber que le habían fotografiado sin la parte superior del bikini. Las imágenes no vieron la luz dado que la presentadora consiguió que un juez paralizara de forma cautelar su publicación. “Cuando tuve conocimiento de la existencia de las fotografías pedí medidas cautelares ipso facto y ellos empezaron a decir que yo estaba secuestrando las fotografías porque yo no viajaba con un hombre, viajaba con una mujer” confirmó Mariló en el programa Más vale tarde.
Aún así, “la agencia demandada hizo declaraciones a distintas revistas en las que no solo describían dichas fotografías, algo que casi las igualaba a su publicación; sino que se hacían insinuaciones sobre la condición sexual". Los paparazzis expusieron en su defensa que habían fotografiado a la periodista en lugares públicos y que ella es un rostro conocido, por lo que no había violación de la privacidad.
No obstante, el juez rechazó sus argumentos: “Partiendo de la base de que la señora Montero es una reputada periodista, con relevancia pública, y que por ello sus derechos pudieron verse en cierto modo limitados. En absoluto debe soportar es una persecución sobre su persona destinada a la captación de su imagen en momentos de su estricta esfera privada, carentes del más mínimo interés público, para comercializar con su imagen, que es lo que ha hecho en el caso enjuiciado la mercantil demandada”.
“De ahí que entendemos (...) que se han vulnerado su honor, su intimidad y su propia imagen. Así lo ha entendido igualmente el Ministerio Fiscal” concluye el escrito. Aunque el juez ha dado la razón a Montero, la sentencia no es firme y puede ser recurrida. De ser la multa definitiva, Diego Arrabal y Gustavo González deberán pagar 265.000 euros a la periodista y 75.000 a su amiga.