Freddie Mercury, cuyo verdadero nombre es Farrokh Bulsara, nació un 5 de septiembre de 1946 en el Sultanato de Zanzíbar (ahora conocido como Stone Town, Tanzania). Poco tiempo después de su nacimiento, se mudó con su familia a la India y finalmente, cuando era un adolescente, se instalaron en Middlesex, Inglaterra. Siendo sus padres de origen persa, practicó la religión zoroástrica, la cual reconoce como divinidad y único creador a Ahura Mazda. Formó Queen en 1970 con el guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor.
Freddie alcanzó la fama mundial por su extravagante presencia en el escenario y su rango vocal de cuatro octavas. Además escribió numerosos éxitos para Queen, muchos de ellos considerados himnos de la banda, incluidos "Bohemian Rhapsody", "Killer Queen", "Somebody to Love", "Don't Stop Me Now" y "We Are the Champions".
Si bien siempre se consideró como un importante ícono de la cultura LGBT del rock en los años ochenta, la realidad es que Mercury tuvo una relación con su sexualidad un tanto turbulenta, o por lo menos eso vivió el público. Es que, a pesar de que se le hayan conocido varias relaciones con otros hombres a lo largo de su vida, para él, el amor de su vida fue Mary Austin, la mujer con la que convivió durante seis años y a quien le dejó la mayor parte de su fortuna al morir, incluyendo los derechos de autor de sus canciones. Un dato que puede que algunos no sepan es que la canción "Love of my Life" fue dedicada a ella.
El carismático líder, murió en 1991 a causa de una neumonía bronquial que surgió como consecuencia del avanzado SIDA que padecía. Esta enfermedad lo marcó para siempre porque, además de ser reconocido por sus habilidades musicales, el artista terminó convirtiéndose en una de las víctimas más famosas de la misma. Freddie no quiso contar de manera pública que era portador del virus hasta que desarrolló la enfermedad. La canción "The Show Must Go On", es una alegoría a su muerte y, en el videoclip del tema, a pesar de estar muy maquillado, se puede notar su deterioro físico.
El impacto sísmico de Mercury en la música y la cultura pop se afianzó y hasta se maximizó después de su muerte hasta el día de hoy. En 1992, Freddie fue galardonado póstumamente con el Brit Award por su contribución excepcional a la música británica y se celebró un concierto en su honor en el emblemático estadio de Wembley de Londres.
Como miembro de Queen, fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2001, en el Salón de la Fama de los Compositores en 2003 y en el Salón de la Fama de la Música del Reino Unido en 2004. Además, es constantemente votado como uno de los mejores cantantes de la historia de la música popular.
Es tanto el amor que existe por Freddie a lo largo del mundo que, en este día tan especial, sus fanáticos acudieron en masa a las redes sociales para homenajearlo en el que habría sido su cumpleaños número 75. Este domingo, los seguidores incondicionales de Mercury compartieron numerosas historias, homenajes, fotografías, entre otras cosas, para conmemorar el cumpleaños del maravilloso artista.