El pasado domingo 19 de septiembre, el volcán Cumbre Vieja de la isla La Palma, en el archipiélago turístico de Canarias, entró en erupción tras 50 años de inactividad. Rápidamente, los habitantes de las zonas cercanas al volcán comenzaron a ser evacuados. Para el lunes, la lava ya había destruido numerosas viviendas, acumulando más de 1300 personas evacuadas.
Ahora, las actividades para salvar y ayudar a todos los damnificados continúan y, en el día de ayer, los reyes de España viajaron a la isla canaria para poder sumar su importante grano de arena a la causa. La visita transcurre mientras la lava avanza más lentamente (a unos 4 metros por hora), pero ya ocupa más de 166 hectáreas, ha arrasado al menos 350 inmuebles y una de las coladas ya supera los 500 metros de ancho.
“Hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos para sacar adelante a los damnificados, hay que preservar su seguridad, garantizar su mañana y reconstruir en La Palma todo lo que la naturaleza se ha llevado” expresó el rey Felipe VI. Asimismo, el monarca manifestó que está convencido de que "los palmeros saldrán adelante" ya que para ello contarán con el apoyo del gobierno.
Los reyes de España reconocieron ante los damnificados que "habrá cosas que no se podrán recuperar [pero] no van a faltar ayudas. Esta 'isla bonita', que es una joya, va a seguir siéndolo y seguro que los palmeros saldrán adelante. Todas estas familias van a tener un futuro porque entre todos vamos a ayudar a recomponer sus vidas, les tenemos que ayudar" prometieron.