Lara Dibildos atraviesa en un momento de plena vitalidad a sus 50 años. Salud, trabajo y bienestar le acompañan, ademas de sus dos hijos: Fran - cuyo padre es Fran Murcia y se consolida como toda una promesa en el baloncesto . y Álvaro, fruto de su relación con Álvaro Muñoz Escassi. Como madre, se siente orgullosa de su descendencia.
Actualmente, Lara Dibildos vive con su mamá, Laura Valenzuela, quien no ha desperdiciado momento alguno para disfrutar de su su nieto y sentirse la abuela más feliz del mundo. La hija del productor cinematográfico José Luis Dibildos ha logrado consolidar su carrera en el teatro y se siente orgullosa de ser independiente y libre, tal como su propio padre le aconsejaba.
Por el momento, Lara está trabajando en dos proyectos. La primera se trata de la obra de Juan Quintanilla: Hongos. En esta, alterna las presentaciones con Carmen Alcayde en el Pequeño Teatro Gran Vía. La segunda es la función de Diana Son, titulada No más besos; obra que se estrenó en Broadway y actualmente presenta su tercera temporada en el teatro Lara de Madrid.
Pero el éxito de Lara no termina allí. La actriz está terminando el libro en el que cuenta cómo enfrentó el cáncer en su juventud. Por estas razones, nadie puede negar que la hija de la emblemática Laura Valenzuela, celebra sus 50 años en un estado de plenitud y satisfacción, haciendo lo que más le apasiona. Por supuesto, a pesar de las condiciones de la pandemia, no dudará en celebrar junto a su círculo íntimo.
Lara se siente orgullosa de poder dedicarse a lo que más le gusta y poder vivir de eso. También agradece la salud de sus hijos y sobre todo de su madre. En su balance de vida, la actriz tiene claro que con salud y trabajo todo lo demás tendrá solución, solo hay que ser, según ella, un poco más flexible con el cambio para estar moviéndose y avanzar siempre.
“Hay que amoldarse a las situaciones y nunca perder los sueños y las ganas de llegar, de conseguir realizar todo aquello que te hace feliz”, reflexiona Lara Dibildos.
A su edad, recuerda su debut teatral con Pato a la naranja, después La tía de Carlos y los innumerables escenarios que ha pisado y disfrutado desde entonces. Lara confiesa que en la mayoría de sus papeles ha tenido que trabajar muy duro para componer a los personajes que interpreta.
Cuando le preguntan por su físico, la actriz admite que no hace ejercicio por sus meniscos rotos, pero que desde hace cinco años cambió su alimentación: come cinco veces al día y se cuida mucho en casa, así no tiene problema en comer lo que se le antoje cuando sale con amigos por la ciudad. Según Lara, todo se lo debe a la genética de su madre, la gran Valenzuela.