Uno de los looks más llamativos de la ceremonia MET Gala fue el de Kim Kardashian. La estrella estadounidense se vistió como una sombra, íntegra de negro, incluso tapando su rostro. El vestido de Balenciaga no le ha permitido mostrar ni siquiera un centímetro de su piel, pero eso no ha impedido que se la reconozca.
Kardashian no estuvo sola, fue acompañada de un hombre vestido con el mismo estilo y con capucha, también sin mostrar absolutamente nada de piel. Muchos se preguntaron si el misterioso acompañante era Kanye West. La empresaria y el rapero se separaron a comienzos de año, pero siempre jugaron públicamente con la posibilidad de una reconciliación.
Lo cierto es que Kanye West no estuvo en la MET Gala, por lo tanto él no era el hombre misterioso. Quien acompañó a Kim Kardashian fue Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga. El diseñador de moda había conocido a la empresaria justamente a través de West.
El entorno de Kardashian catalogó su look en la MET Gala como la presentación de una nueva subcultura y una declaración de moda. La idea es mostrarse sin logos y sin rostros visibles. Pero su presencia es tan característica que no hace falta que muestre su rostro para que sepamos que se trata de Kim.