El pasado 29 de junio, José Luis Moreno (74) era detenido por la Guardia Civil por los cargos de integración en organización criminal, estafa, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales tras dos años de investigación y un estimado de 50 millones de euros estafados. Por estos momentos, Moreno se encuentra en libertad tras pagar la fianza que le impuso la justicia, aunque eso no significa que su caso ya esté cerrado.
El ex ventrílocuo tiene que comparecer semanalmente ante la Audiencia Nacional y no puede salir de España debido al riesgo de fuga. Mientras tanto, la investigación policial continúa y el panorama no luce para nada alentador para el productor televisivo.
Recientemente, y a partir de que le pincharon los teléfonos, las autoridades descubrieron que una de las últimas víctimas de Moreno habría sido un empresario argentino de nombre Alejandro Rommers. Dentro de las facturas de personal que José Luis presentó, los números estarían alterados, facturando por cien empleados cuando solo eran dos.
Asimismo, la investigación policial cifra entre 400 y 900 millones de euros la fortuna del productor en el extranjero y apunta asimismo que este pretendía abandonar España, instalarse en Los Ángeles y Londres, vender todas sus propiedades y no liquidar ninguna de sus deudas.