El imaginario popular cree que Paris Hilton siempre tuvo una cómoda vida y que su único trabajo es el de mostrar su fabulosa y excéntrica experiencia. Pero no fue así. Sí es cierto que Paris utilizó el apellido familiar para ser la chica rebelde del clan, pero en términos económicos puros y duros, no recibió ni un centavo del imperio hotelero que legó su abuelo. Es más: fue desheredada debido a su comportamiento "indebido". Hablamos de un video pornográfico de ella que se filtró a sus 18 años, además de toda una vida de fiestas que no le gustaron nada a su abuelo, Barron Hilton.
Tras la filtración del video, Paris Hilton supo capitalizar el incómodo momento: pasó a ser la más rebelde de la familia, causando fascinación en el público y en la prensa en general. Con The simple life, Paris se catapultó como la reina de los realitys. El show proponía mostrar a la millonaria joven lidiando con "una vida simple": en una granja, conviviendo con una familia modesta. Ahí aparece en escena Kim Kardashian, quien oficiaba de su asistente.
Creadora de la primera selfie, famosa por sus escandalosas salidas junto a Britney Spears y Lindsay Lohan, Paris Hilton fue una influencer mucho antes de que la palabra exista. Y ahí vio el negocio. Creó una marca de cosméticos y hoy su fortuna supera cómodamente los 5 mil millones de dólares.
Buscó a su "mejor amiga para siempre" con un reality que se proponía encontrar a la chica ideal para ella, sin que use su fama ni tampoco su dinero. También es DJ - llegando a cobrar 500.000 euros por noche- y estuvo presente en Tomorrowland, la fiesta electrónica más importante del mundo. Entre lo frívolo y lo chic, Paris Hilton creo una marca registrada, que le hizo no necesitar la fortuna familiar.