Nadie puede dudar de que Paz Padilla es una persona espontánea. Dueña de un carisma único, seduce al público con sus divertidas ocurrencias. Esa espontaneidad es una de sus principales virtudes, de eso no hay duda. Pero en ciertas ocasiones ocasiones termina siendo su peor enemiga y perjudicándola. En el programa de ayer de La última cena, tuvimos una clara muestra de eso.
Los invitados a este nuevo episodio eran Melyssa Pinto y Tom Brusse, que tenían la misión de cocinar unos caracoles, porque aparentemente la producción no aprendió nada de todo el revuelo que generó cuando mataron al aire a unas anguilas. El problema vino cuando la joven se propuso a lavar a los animales, lo que dio pie a una seguidilla de bromas de dudoso gusto por parte de la presentadora. "¿No habrás lavado los caracoles y los habrás dejado con más babas que una soltera cuarentona? ¿Los habéis elegido por los cuernos? Como hayas lavado los caracoles al mismo ritmo al que hablas...", lanzó, sin dejar un respiro entre cada uno.
Como era de esperarse, esto se expandió muy rápidamente por las redes sociales, donde, aunque hubo alguna que otra defensa, la mayoría se dedicó a pedir que la bajaran del show o que abandonara la televisión de una vez por todas. "Por favor, que alguien saque a esta mujer de la tele y la devuelva a 1992", "No puedo con ella....se piensa que hace gracia...vaya "humor" más casposo que tiene" y "Machista total el chiste parece mentira sea mujer", fueron solo algunos de los cientos de comentarios que despertó su particular sentido del humor.
Lógicamente, y fiel a su estilo, Paz desoyó las críticas y no ha salido a decir nada al respecto. Habrá que ver si en las próximas horas llega un descargo o un pedido de disculpas, sea de parte de ella o de la producción del programa, que tampoco está pasando su mejor momento, ya que su conductora termina siendo apuntada en cada una de las emisiones.