Una de las cantantes más exitosas de los últimos tiempos, no solo por su música sino también por su reciente incorporación al mundo de la actuación es Lady Gaga. Se trata de una artista en todo sentido, que supo posicionar su nombre con su música y sus atuendos. Y es que no hace falta presentarla cuando llega a un evento pues brilla por sí sola. Sin embargo no todo es color de rosas en la vida de la cantante, pues hace poco, en una entrevista con el príncipe Harry y Oprah Winfrey, Lady Gaga confesó haber sido víctima de violación por un productor de la industria cuando recién comenzaba su carrera. A pesar de todo, siguió adelante cosechando grandes éxitos en su carrera y dejando una huella imborrable. Sus looks fueron parte de sus actuaciones, y tampoco se olvidan.
Uno de los más recordados y así también más descabellados, fue el famoso vestido hecho de carne diseñado por su amigo Franc Fernández, lo llevó para la entrega de premios MTV Video Music Awards en el año 2010. Se trató de una pieza construida con carne de ternera y que supuso la crítica de grupos animalistas aunque también fue mencionado por la revista Time como una declaración superior de moda en ese mismo año. Posteriormente a que fuera preservado como cecina, el Salón de la Fama del Rock and Roll decidió exhibirlo en 2011, aunque no duró durante mucho tiempo ya que la carne comenzaba a emitir mal olor por su descomposición.
Sus atuendos no fueron lo único extravagante, ya que sus diseños estaban acompañados por peinados impensados. Así como también por maquillajes repletos de color, brillos y pestañas kilométricas. Uno de los más llamativos fue el lazo de cabello que lució en más de una oportunidad e incluso con distintos tonos. Lo hizo con un rubio platinado casi blanco como también con el castaño oscuro que contrastaba con su piel blanca. En los últimos años, los looks de la cantante y actriz resultaron más calmos y su melena rubia está limitada a las ondas o recogidos acorde a sus atuendos.
Su obsesión por el cabello no es algo que deba disimular, pues a raíz de sus cambios radicales de color, corte y peinado, dejó en claro que su relación con su melena es especial, a tal punto que en 2010 se vistió de pies a cabeza, con extensiones rubias. De hecho, en la cabeza llevaba un sombrero y los pelos colgantes parecían flecos. También el cabello fue protagonista cuando se vistió de John Lennon versión moderna y versión Lady Gaga.
Con el paso de los años, su estilo fue evolucionando. Incluso dio un cambio radical y la exótica Lady Gaga que el público conocía se convirtió en una estrella llena de lujos y sofisticación. Lo dejó demostrado en la entrega de los premios Oscar 2019, cuando ganó una estatuilla a mejor canción por Shallow, de la película Nace una estrella. Vestida por Alexander McQueen, el diseño con escote palabra de honor, falda evasé y guantes todo en color negro, contrastaban a la perfección con su melena blanca platino. Sin embargo, la pieza más importante fue el diamante de Tiffany, considerado uno de los diamantes amarillos más grandes del mundo y que antes de ella fue utilizado por la mítica Audrey Hepburn.
Desde entonces, Lady Gaga se convirtió en un ícono de la moda. No solo por su versatilidad a la hora de vestir y saber llevar cada pieza con absoluta personalidad, logrando que se vuelvan únicas, sino también por el estilismo que demostró tener en sus últimas apariciones públicas. Sin perder su esencia excéntrica, logra que los atuendos más estilosos y elegantes le calcen a la perfección. Y eso es algo que muy pocas celebridades logran conseguir.