Como el 24 de julio fue el cumpleaños de Jennifer Lopez, Ben Affleck quiso sorprenderla con una gran aventura. Entonces, los tortolitos abordaron un vuelo privado que los trasladó hasta Saint Tropez y donde todo estaba listo para vivir una semana a puro fuego y pasión. Ben se encargó de alquilar un lujoso yate de la empresa Dynamiq Yachts, en donde la pareja protagonizó varias escenas fogosas.
Jennifer, con 52 años, hizo alarde de su escultural figura cubriéndolo con una bikini y se tendió sobre la cubierta del yate para absorber toda la vitamina D posible del sol, mientras su amado acariciaba sus curvas. El “Valerie” tiene capacidad para albergar a un total de 17 personas ya que cuenta con 9 cabinas exquisitamente decoradas, y una tripulación de 27 personas. Además, posee un elegante living, un comedor, salas de estar, un helipuerto, spa, terraza privada, una piscina de seis metros, yacusi, una bodega para guardar jet sky y una lancha pequeña para llegar a la costa y hasta un ascensor para los más de cuatro pisos, tal como lo mostró el sitio Guacamouly.
Durante 7 días, la actriz fue agasajada por Affleck de diversas maneras, por ejemplo, una noche asistieron al “Saint Tropez L’Opera”, donde brindaron y se besaron apasionadamente ante todos. Según testigos del momento, el actor le regaló a JLo un pequeño pero costosísimo collar de oro con un dije en forma de corazón que cuesta al rededor de unos 3500 dólares.
Después de estos días a puro descanso, caricias, amor y pasión, en donde recorrieron las principales ciudades del Mediterráneo, llegó la hora de volver a la vida normal. Así, López que lució un conjunto rojo, blanco y azul, dio por finalizado su viaje saliendo del yate en el sur de Francia este domingo. La cantante fue despedida por toda la tripulación en la cubierta de la embarcación y fue capturada por paparazis compartiendo abrazos y tomándose fotos antes de partir hacia el aeropuerto para tomar un vuelo privado de regreso a Estados Unidos.