Cristina Cifuentes estuvo invitada en La última Cena, donde le tocó cocinar junto a Lucía Dominguín. Fue una jornada amena, en la que la ex presidenta de la comunidad de Madrid marcó que no quería hablar de política "porque estuvo treinta años hablando de política", pero en la que igualmente se mostró muy abierta, contando intimidades de su vida cotidiana, como que en su casa el que cocina es su marido, que lo hace "estupendamente bien" o que se siente un poco en deuda con sus hijos por "no dedicarles el tiempo que debería". Sin embargo, más allá de estas declaraciones, la que volvió a llamar la atención fue Paz Padilla, quien se las ingenió para estar en el centro de la escena.
La presentadora se refirió a lo vivido en el programa y realizó una especie de mea culpa - que nadie le pidió - con respecto a la integrante del Partido Popular. "A Cristina le puse una etiqueta por todo lo que ella ha significado, por todo lo que sucedió de cuando estaba en la política. Ahora la conozco en persona y me ha conquistado. Te pido perdón por juzgar por las apariencias" dijo un tanto emocionada, sin dejar de mirar a cámara.
Luego, comparó la situación que acababa de narrar con su propia vida o al menos con lo que ella cree que sucede en la calle. "He hecho con ella lo que mucha gente hace conmigo. Te significas por donde trabajas, por lo que te dedicas, y del tirón te ponen una etiqueta. La Paz Padilla es del Sálvame', de la telebasura, del corazón... Y luego conoces a la persona y dices, '¡Ay, pues no me esperaba que tú fueses así!´" afirmó, totalmente convencida.
Por último, se mostró empática con respecto a Cristina Cifuentes, dejando en claro que se ponía en su lugar, tanto a nivel personal como profesional. "Tiene que tener unas heridas de la política... Estoy segura de que tiene grandes cicatrices, de sentirse defraudada, poco apoyada, sentirse sola..." concluyó, sintiéndose en paz consigo misma.