El curso de la historia de la literatura se resignificó de una forma muy especial de la mano de J.K. Rowling y su adictivo Harry Potter. La historia del famoso mago hizo que toda una generación se volcara hacia la lectura, causando un fenómeno sin precedentes. Por su parte, la autora se convirtió en una verdadera máquina de facturar. Desde que en 1997 comenzaron a salir los libros de Potter, Rowling - hasta aquel momento ignota y en bancarrota- ha vendido más de 500 millones de ejemplares.
Ya lo dice el primer capítulo de Harry Potter y la piedra filosofal: "Algún día todos los niños del mundo sabrán su nombre". Y así fue. Su historia es la de una Cenicienta escritora: pasó de un fatídico divorcio y una situación económica paupérrima a tener más dinero que la reina de Inglaterra. Se trata del libro más vendido después de la Biblia. Un verdadero prodigio.
Se estima que su fortuna supera los 1200 millones de dólares, contando el pago de impuestos. “Estoy en deuda con el estado del bienestar. Cuando mi vida tocó fondo, una red de seguridad estaba ahí para amortiguar la caída” ha dicho la escritora, quien tiene una postura muy crítica respecto a los sectores liberales.
Harry Potter es un verdadero imperio: películas, spin-offs, libros, parques en Disney, videojuegos, merchandising... todo es vendible mientras tenga una cicatriz en forma de rayo. Lo cierto es que Rowling tiene un costado altruista y filantrópico: sus aportes benéficos a lo largo de los años rondan al menos a los 150 millones de dólares.