Luna y Gabriel. Son hijos del ícono almodovoriano por excelencia: Rossy de Palma. Crecieron resguardados de la fama, influenciados por las artes y con una madre soltera. Son hijos de un fatídico romance de Rossy con el actor y modelo Santiago Lajusticia. Fue la única pareja pública que se le conoció a la actriz y la única que calificó como una "mala experiencia". Sin embargo, sus hijos son su debilidad y perfilan como dos grandes figuras dentro del mundo artístico.
"Yo soy la colega pesada que se intenta hacer la cool y él es el que es cool sin querer" bromea Luna para una entrevista. Ella estudia Humanidades y Comunicación Digital, toca el violín, es modelo, canta y pinta. Gabriel tiene afición por el dibujo, estudia cine y toca el piano. Bohemios y chic: bajo el ala de la Chica Almodóvar han conocido a los artistas más prestigiosos de la generación y han asistido a los festivales y las premieres de los eventos culturales más exclusivos.
"Mi madre es fan nuestra por el simple hecho de existir" lanza Luna sobre Rossy. "Es una persona con una resiliencia enorme y cada vez que la escucho decir que los momentos difíciles que vivió merecieron la pena por tenernos a Gabriel y a mí me hace quererme más y mejor" asevera su hija, más abierta y comunicativa que Gabriel, quien perfila como más introspectivo e intelectual.
Al respecto del vínculo que sostiene a esta familia, con una madre fuerte que tuvo que salir a la vida con dos hijos a cuestas, Rossy de Palma les dedicó unas sentidas palabras: "Solo puedo decir que me emociono y me sorprendo cada día más de estos dos maravillosos seres que han venido al mundo a través de mí, de lo que me enseñan cada día y que mi deseo es acompañarlos y no perderme nada de su devenir. La felicidad que me procura su existencia va más allá de definición alguna, así que solo puedo dar y doy las gracias a Luna y a Gabriel por haberme elegido