Carmina Ordóñez es para los españoles el sinónimo de una mujer imparable. Dueña de su vida, que creó sus propias normas y se abrió a puro esfuerzo todos los caminos. Desde muy joven supo el valor de su libertad y no dejó que nadie le corte las alas, y así, con fortaleza y decisión, llegó a lo más alto de su carrera.
La tauromaquia era parte de su vida, pues perteneció a una familia de célebres toreros. Era hija Antonio Ordóñez y de Carmina Dominguín. Nieta de los reconocidos toreros Cayetano Ordóñez "Niño de la Palma" y Domingo Dominguín, sobrina de Luis Miguel Dominguín y por lo tanto prima hermana de Miguel Bosé, Lucía y Paola Dominguín.
La Divina, ícono de toda España, se convirtió a los 17 años e la mujer de P. Siendo apenas una adolescente, dio el 'Sí, quiero' ante un hombre de 25 años. Quemando etapas, se convirtió rápidamente en una mujer. Sin embargo, a pesar de que disfrutó con locura el amor que se tenía con el torero, quien era codiciado por todas las mujeres españolas, no dejó que su matrimonio la defina.
A pesar del cariño que se tenían, su relación con Paquirri pasó por momentos muy preciados otros, claro, olvidables y como muchas veces el amor no basta para hacer que un matrimonio funcione, Carmina comenzó a seguir adelante con su vida. Vivía de fiesta, rodeada de amigos y la realidad es que al torero no le molestaba la ausencia de su mujer en la casa, de hecho, le gustaba la tranquilidad.
La pareja comenzó a desgastarse y decidieron que era momento de ponerle fin a algo que ya se había terminado hacía tiempo. Luego de anunciar su divorcio, Carmina disfrutó al máximo de su soltería y tuvo relaciones fugaces con Antonio Arribas, Julián Contreras, Pepe Cabrera y Ernesto Neyra. Sin embargo, jamás se ató a ningún hombre y se dejó ser en total libertad, despojada de prejuicios.
Durante la década de los ochenta, Carmina ejerció como modelo para diversas e importantes firmas españolas. Este trabajo para ella fue pan comido, ya que antes de su primer matrimonio ya había desfilado para, nada más y nada menos, que Balenciaga.
En el '84 volvió a pasar por el altar, esta vez de la mano de Julián Contreras Rodríguez. La ceremonia se llevó a cabo en Miami y fruto de esta relación tuvo a su tercer hijo, Julián Contreras Ordóñez. Con Paquirri, tuvo dos.
Cuando Francisco Rivera falleció, Carmina se enzarzó en una batalla legal contra la segunda esposa de su exmarido, Isabel Pantoja, con la que se enfrentó por la herencia del matador. Hasta la fecha de su muerte, Ordóñez siempre mantuvo que la tonadillera se llevó más de lo que supuestamente le correspondía. Entre los artículos que se disputaban con la tonadillera estaba el traje de luces con el que Paquirri había tomado la alternativa y numerosos objetos personales que correspondían a sus dos hijos mayores, y que aún no les han sido entregados a pesar de las demandas interpuestas.
En 1990, Ordóñez tomó la decisión de dejar su vida en nuestro país para mudarse con su marido y su tercer hijo a Marrakech, Marruecos. Sin embargo, a pesar de que amaba ese lugar desde niña, debió volver a casa cuando, en 1994, obtuvo el divorcio de Julián Contreras.
Tres años después contrajo matrimonio con su tercer y último marido, Ernesto Neyra Almodóvar, del que se separaría dos años después. Dos años antes de morir, en 2002, la modelo reveló que sufrió maltrato físico y emocional por parte de Neyra, acusación que él siempre negó y la demanda fue desestimada por el juez.
El 23 de julio de 2004 fue un año que marcó a muchos españoles. Carmina Ordóñez fue hallada sin vida en su casa por una de sus empleadas. Su fallecimiento se produjo a causa de un infarto derivado de una sobredosis de estupefacientes. Fue cremada y sus cenizas fueron esparcidas en El Rocío y en Tánger.