Viernes 12 de Enero 2024
HIJOS DE FAMOSOS

El lado oscuro de tener un apellido famoso

Los hijos, sobrinos y nietos de personajes conocidos viven bajo la lupa de la opinión ajena.

Rocío Carrasco y Rocío Flores. Fuente: (Twitter)
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Es casi una regla indiscutida que, por nacer en el seno de una familia conocida, uno tiene la vida resuelta, incluso a veces cuesta empatizar con la vida de estas figuras porque se los ve muy lejanos y “bendecidos”. Tener un apellido conocido puede abrir muchas puertas, entre ellas, aquella que permite al público hablar de su vida como si lo conociesen.

Rocío Carrasco y Rocío Jurado. Fuente: (Twitter)

Existen muchos ejemplos en nuestro país, desde la historia del clan Jurado-Carrasco-Flores, la familia Pantoja-Rivera, Julia Janeiro, los hijos de Julio Iglesias y tantos otros que aún son niños. Un caso aparte es el de aquellos que nacen en el entorno de la realeza, que sin quererlo deben cumplir con protocolos estrictos durante toda su vida y si eligen apartarse, como el caso del príncipe Harry, son muy criticados hasta el punto de generar odio en parte de la sociedad que apoya la monarquía.

Príncipe Harry y príncipe Guillermo. Fuente: (Twitter)

Rocío Carrasco lo ha contado en su documental, a días de nacer ya había protagonizado la portada de una revista. Ser hija de Rocío Jurado no le permitió vivir como anónima ni un minuto de su vida, las cámaras la perseguían a todos lados, los medios comentaban cada aspecto de su privacidad, incluso cuando era apenas una adolescente. Por consecuencia, lo mismo ocurrió con su hija, Rocío Flores, quien de niña odiaba que los fotógrafos la persiguieran mientras estaba con su padre o con su madre. Si bien, ellas eligieron ser una figura de la televisión y se convirtieron en el tema más comentado de España, de pequeñas no tuvieron opción.

Rocío y David Flores. Fuente: (Instagram)

El apellido famoso te pone en el centro de la escena, aunque no lo quieras. Los beneficios están al mismo nivel de las malas consecuencias. No es fácil convivir con la presión de que: si tu padre es futbolista, tú tienes que serlo; si tu madre es cantante, tú tienes que tener el talento; si tu familia es conocida, debes contarle al mundo todo lo que pasa en tu vida. En la cotidianeidad de los “anónimos” ocurre que los hijos sienten que deben continuar con el negocio familiar o tienen un mandato laboral que viene desde los antepasados, imaginaos cómo se duplica cuando todo el país (o el mundo) conoce tu nombre y tu cara.

Enrique y Julio Iglesias. Fuente: (Twitter)

Enrique Iglesias ha contado en varias oportunidades que sufría una gran incomodidad cuando se comparaba su talento con el de su padre, Julio Iglesias, y que le ha costado bastante despegarse de eso hasta que entendió que era algo con lo que debía convivir para toda la vida. Kiko Rivera, por su parte, ha confesado lo difícil que fue convivir con el mote de “ser hijo de la Pantoja” hasta el punto que lo llevó a vivir una depresión. Son de público conocimiento sus problemas en la adolescencia, las idas y vueltas con parejas y trabajos y la mediatización de los conflictos con su madre.

Kiko Rivera y Anabel Pantoja. Fuente: (Instagram)

Él eligió aprovechar ese aluvión de fama para lanzarse como DJ, pero las consecuencias han quedado a la vista. Continuando con el clan Pantoja, tenemos a Anabel, sobrina de la cantante, que no parece molestarle su nivel de fama. Por otro lado está Isa, que al comienzo renegaba de la exposición, luego se sumó al mundo mediático, pero no se siente cómoda en el rol de opinar sobre los conflictos familiares que la rodean, que para colmo parecen nunca terminar.

Julia Janeiro. Fuente: (Twitter)

En otra vereda están aquellos que no desean ser famosos, como Andrea Janeiro, la hija de Jesulín y Belén Esteban. Cuando cumplió la mayoría de edad no ha querido enfrentarse a las cámaras que buscaban mostrar su cara, por lo que decidió irse a estudiar a Londres y formar una nueva vida alejada de la mediatización. Su hermana, Julia Janeiro, lo afrontó este año cuando llegó a los 18. En un comienzo, se ha mantenido con un perfil bajo, hasta que decidió convertirse en influencer.

Paula Echevarría y Miki. Fuente: (Instagram)

Actualmente vemos muchos casos de bebés y niños que aún no tienen poder de decisión. Muchos padres prefieren no mostrarlos, como Malú y Laura Escanes por ejemplo, otros los vuelven un personaje más de sus redes, como Edurne, María Pombo y Paula Echevarría, por nombrar algunas. Se decide por ellos y sin quererlo, sus vidas ya son parte de la opinión pública. Entonces, ¿hasta qué punto es correcto hablar sobre la privacidad de alguien que no escogió nacer como un personaje famoso?