"Dux" esa es la palabra con la que Pablo Díaz va a soñar a partir de hoy o que incluso debe estar pensando en tatuarse. Esas tres letras, que juntas se definen como "Príncipe o Magistrado Supremo en las repúblicas de Venecia y Génova" fueron las últimas que mencionó antes de vencer al Rosco de Pasapalabra y llevarse 1,828,000 euros.
Hasta ese momento, parecía una noche normal, un rosco más, que el ritmo de siempre. Javier había sacado ventaja y Pablo acumulaba pendientes, para después hacer su ya clásica seguidilla de respuestas correctas. Sin embargo, cuando comenzó a encadenar aciertos y llegó a tres del final, algo cambió, algo lo hizo sentir ganador y su cara se transformó, debatiéndose entre la felicidad y el nerviosismo. Así llegó a la X, dio su respuesta y tras 20 segundos en los que parecía que el corazón le iba a explotar, Roberto Leal le dio el "¡Sí!", que lo definía como el ganador absoluto del programa.
Después de eso todo fue felicidad y emoción. Los abrazos y los aplausos se multiplicaron, mientras la pantalla gigante a sus espaldas remarcaba hasta el cansancio lo que había conseguido. Pablo, aún sin caer del todo, agradeció a todo el equipo y demostró su gratitud con la producción. “Llevo mucho tiempo preparándome para esto. Me habéis hecho sentir como en casa” dijo con los ojos llenos de lágrimas.
De esta forma, tras más de 200 programas, Pablo Díaz cierra su ciclo en Pasapalabra y lo hace de la mejor manera posible, coronándose como el campeón absoluto y como uno de los mejores concursantes de la historia. Ahora el ciclo continuará con nuevos participantes, que la tendrán muy difícil para ser tan queridos como él o como Javier Dávila.