Como es habitual, después de un exabrupto llegan los pedidos públicos de disculpas. Generalmente son guionados, se oyen poco sinceros y suelen hundir aún más a los protagonistas de los escándalos. Naim Darrechi no fue la excepción y el vídeo en el que dice arrepentirse de su repudiable episodio junto a Mostopapi despertó más críticas que aceptación en las redes sociales.
Primero llegó el pedido de disculpas de Mostopapi, que no convenció a nadie y ni siquiera pareció estar arrepentido de lo que hizo. Luego, lo siguió Naim Darrechi, con un discurso a través de Twitter que sonó más a justificación que a un honesto arrepentimiento. Sus dichos, sumamente agraviantes contra las mujeres, reproducen conductas dañinas y lo convirtieron en enemigo público número uno en las redes sociales.
Ante ese fracaso comunicacional, Naim Darrechi lo intentó de nuevo, a través de un vídeo en el que se ha dado de latigazos en la espalda: “No quiero que me defendáis ahora. De verdad, si sois mis fans quiero que dejéis que me caiga todo lo que me tenga que caer porque me lo merezco”, dijo el tiktoker. “Hay cosas que están jodidas en mi vida y yo las tengo que solucionar, pero mientras tanto no puedo ser ese ejemplo para esa sociedad”, se lamentó.
“Yo prometo que esto es un antes y un después, lo juro”, dijo Naim Darrechi para cerrar su vídeo. ¿Habrá aprendido la lección realmente? Lo cierto es que ha recibido poco apoyo de sus fanáticos, al menos de manera pública, mientras que en los comentarios de sus publicaciones en las distintas redes sociales lo que más abunda son mensajes negativos en los que le piden que cierre sus cuentas para terminar con las peligrosas ideas que transmite.
El peligro de casos como este es que pronto será olvidado en favor de un nuevo escándalo y, con el tiempo, Naim Darrechi aparecerá de nuevo en escena como si no hubiera pasado nada. ¿O será esta la excepción?