La actriz María del Carmen García Galisteo, a quien todos hemos conocido como Carmen Sevilla, celebró ayer su onomástica, en el día de la Virgen del Carmen. Sin embargo, a los 90 años, hay un aspecto en su vida que no es para festejos.
Carmen Sevilla era conocida como “La novia de España” y ha dado su nombre a calles y avenidas en varias ciudades de Andalucía. Debutó en la pantalla grande en 1947 en Serenata española, pero el gran reconocimiento llegó con una de sus películas más emblemáticas: Violetas Imperiales. Su romance con el séptimo arte fue intenso y duradero y su filmografía incluye icónicas cintas del cine mundial como Marco Antonio y Cleopatra, junto a Charlton Heston.
También la música fue un campo fértil para que Carmen Sevilla desplegara todo su talento. Entre las décadas de 1960 y 1970, la andaluza lanzó más de veinte discos, entre álbumes propios y bandas sonoras de películas. Más tarde, los años ‘90 la vieron brillar en televisión, donde se destacó en Telecupón, en Telecinco, y presentó el recordado programa Cine de Barrio, en TVE.
Dos grandes amores pasaron por la vida de Carmen Sevilla. El primero fue Augusto Algueró, compositor de la mayoría de las canciones que interpretó, con quien se casó en 1961. De este matrimonio nació su único hijo, Augusto, en 1964. Sin embargo, las cosas no funcionaron y se divorciaron en 1974. El amor volvió a golpear a la puerta de la artista en la persona de Vicente Patuel, con quien estuvo casada entre 1985 y 2000, cuando enviudó.
La tragedia se desató en la vida de Carmen Sevilla en 2009, cuando fue diagnosticada con Alzheimer. Desde 2012 vive en una residencia en Aravaca, Madrid, donde está muy bien cuidada. Sin embargo, con 90 años, la enfermedad ha avanzado tanto que no reconoce a nadie y tampoco recuerda quién es. Tristemente, los maravillosos recuerdos de toda una vida honrando al arte se han perdido.