Isaac saludó a su madre, con quien vivía, y salió de su casa, cruzando las canchas de básquet de la calle Ramírez de Prado. Su objetivo era el final del puente de la calle del Comercio, al lado de las vías del tren, donde lo esperaba un amigo para grabar un videoclip. Por desgracia, nunca llegó a la cita.
Apenas cruzó el parque y las canchas, se dio cuenta de que cuatro personas lo seguían. No los conocía, no sabía sus nombres, pero sí era consciente de que eran parte de una pandilla que merodea la zona, la misma que llevaba mucho tiempo acosándolo por su síndrome de Asperger, algo que solo sus amigos sabían y que no le contaba a su mamá para no preocuparla. "Dejadme ya, por favor, no me hagais nada" les dijo, aunque fue en vano.
Como los pandilleros seguían acechándolo, decidió llamar a su amigo. Le contó la situación y este le dijo que corriera hacia el punto de encuentro, que no estaba lejos, No pudo hacerlo, porque en ese mismo momento, uno de los atacantes acababa de clavarle la primera de las cuatro puñaladas que terminarían con su vida.
El túnel de la calle comercio que une el distrito de Arganzuela con el barrio de Pacífico en el distrito Retiro fue el último escenario que lo vio respirar. Isaac López, o Little.Kinki, según su nombre artístico, dejó de existir segundo después, mientras sus agresores se escapaban por donde habían venido, impunes y sin remordimiento alguno.