El pasado lunes 5 de julio recorría el mundo la triste noticia de que Raffaella Carrà, a sus 78 años, ya no se encontraba entre nosotros. “Raffaella nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento resplandecerán por siempre” fueron las palabras con las que Sergio Japino, pareja y amigo de por vida de la ídola, anunciaba su fallecimiento.
Ahora, la multifacética artista fue despedida con una misa tras dos días en los que el pueblo italiano y visitantes extranjeros desfilaron por la capilla ardiente en el ayuntamiento de Roma para rendir tributo a esta mujer exepcional.
La homilía tuvo lugar en la iglesia de Santa María in Aracoeli, ubicada en la Piazza del Campidoglio de Roma. Una vez finalizada la misa, la cantante fue incinerada, un deseo que había dejado expresado mucho antes de fallecer. No en vano, Raffaella misma cerró todos los detalles de su último adiós, que fueron cumplidos al pie de la letra por Japino.
Tanto él como los dos sobrinos de la cantante y otros familiares y amigos cercanos han estado presentes en esta misa en la que les han acompañado autoridades como la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, o el ministro de Cultura. Tampoco han faltado diferentes personalidades como Joaquín Cortés, Carmen Russo o Enzo Paolo Turchi, entre otros.