Si hay alguien que sabe llevarse todas las miradas cuando de moda se trata, esa es Chiara Ferragni. Con un rostro digno de Sandro Botticelli y una elegancia inusual, la empresaria italiana logró captar la atención de todos los fotógrafos con su deslumbrante vestido de Giambatista Valli que, además, tiene un detalle que lo convierte en una prenda única y sostenible.
Se trató de un diseño en color verde lima con escote palabra de honor y tirante bajo, lo que deja los hombros desnudos. Sin embargo, eso no fue lo más llamativo del vestido, pues contó con apliques con formas de hojas en la cintura y flores para el escote y la cola, todos confeccionados en papel aluminio reciclado.
Debido al llamativo diseño de su traje, Chiara prescindió de complementos y joyas en cantidad como acostumbra a hacerlo, y optó por dos gargantillas de oro con los nombres de sus hijos y sus infaltables anillos. Además, lo que tampoco se permitía ver era su calzado, que debido al largo del vestido quedaba oculto.
En cuanto al peinado, acompañó a la perfección el look con ni más ni menos que trenzas en dos mechones delanteros y el resto de la melena suelta y con ondas rotas, el icónico peinado de Sharon Tate. El detalle del cabello fueron las gomas, que tenían el mismo verde del vestido, infaltable detalle en el atuendo de la italiana, que está en todos los pormenores.