Desde que comenzó la campaña #FreeBritney y trascendieron los detalles acerca del manejo que ejerce su padre y tutor sobre ella y su carrera, la preocupación por la salud y bienestar de Britney Spears aumentó. Se hacen continuos análisis de todo el contenido que sube en redes sociales para buscar algún tipo de señal, ya que se supo que es su entorno quien decide cuál será su material público. El pasado viernes 18 de junio, la artista respondió una serie de preguntas que le hicieron sus fanáticos y, entre ellas, habló sobre sus presentaciones en vivo.
Desde 2018 que la cantante no se presenta en ningún concierto, por lo que era una consulta obvia cuando ella les pidió a sus seguidores que le escriban preguntas. “¿Volveré a subir al escenario?”, leyó y respondió: “No tengo idea. Me estoy divirtiendo en este momento, estoy en una transición en mi vida y me estoy divirtiendo”. Su último show en vivo fue en octubre de 2018 en el Gran Premio de Fórmula Uno en Austin, Texas.
Además, contestó otras dos preguntas muy simples: su viaje laboral favorito y su talla de zapatos. La realidad es que sus fans demostraron que querían saber mucho más que eso, por lo que se intuye que los tópicos que respondió fueron específicamente seleccionados por otra persona. Luego, compartió otros videos bailando, como suele hacer y los mensajes que recibió eran preguntándole cómo estaba y deseándole felicidad.
El conflicto con su tutela legal
Desde 2008 está bajo tutela de su padre, Jamie, por sus recurrentes crisis de salud mental. En 2019 explotó una polémica, Britney volvió a ser ingresada a un centro psiquiátrico y mientras la versión “oficial” decía que había tenido una crisis por la salud de su padre, ella confesó que sucedió porque salió a comer con su novio sin el permiso de su tutor. La cantante pidió ante la justicia que se revoque la tutela y amenazó con no volver a cantar si él seguía a cargo.
En febrero la corte falló y a partir de ese momento, Jamie tendría solo la mitad de la tutela, el resto debía compartirla por el fondo que creó Britney, Bassemer Trust, en concreto con la administradora Jodi Montgomery. Ella es la que tiene la mayoría del control sobre la cantante. La artista planea volver a dirigirse a la corte de Los Ángeles en dos días para revisar, una vez más, su tutela legal y que le den la posibilidad de manejarse sola.