Recientemente se dio a conocer que Irina Shayk estaría saliendo con Kanye West, el rapero y ex esposo de Kim Kardashian. Pero esta noticia no fue la única que cobró relevancia en las últimas horas. Además, se dio a conocer el oscuro pasado de la modelo. Su éxito no sólo se debe a su cara bonita, sino a su gran esfuerzo. Ella luchó contra el bullying y sufrió durante su infancia. Te contamos todos los detalles.
Detrás de su coraza, se esconde una triste historia, algo que la marcó hasta el día de hoy. No se trata sólo de una belleza rusa, es también una víctima del maltrato infantil y mucha angustia familiar. ¿Quién es en realidad?. Irina Valérievna Shaijlislámova (su verdadero nombre), cambió su apellido por Shayk, y éste detalle le abrió las puertas del mundo de la moda sin demasiado trabajo.
Su vida
Nació en una pequeña localidad rusa llamada Yemanzhelinsk. Su padre trabajaba en ese pueblo en una mina de carbón. La modelo tuvo que verlo partir a causa de una neumonía, a una temprana edad. Su inseguridad por su tez aceitunada, que heredó de su progenitor, hizo que su niñez fuera particularmente sufrida: “Nac?? y crecí en un pueblo pequeño, y ni siquiera pensaba que fuese especialmente guapa. A los 14 años, habría dado todo por ser un chico: estaba convencida de que era horrible y de que nadie me encontraría nunca atractiva”.
Irina Shayk ayudaba a su madre Olga Shaykhlislamova con las tareas del hogar, y lo contó así: “Al terminar la escuela, mi hermana y yo ayudábamos a mi madre en el jardín. Sembrábamos papas, pepinos y tomates, no por diversión sino para comer. Éramos muy pobres".
Una infancia cruel
Contó en primera persona lo que vivió a causa de los maltratos de sus compañeros de colegio por su piel morena. Declaró a El País que en más de una ocasión sus compañeras se burlaron de ella por ese motivo y también su delgadez, destacando que “se trataba más bien de bromas sobre mi aspecto porque era muy delgada. Me llamaban ‘palillo andante’. Este no es ese negocio glamoroso que la gente imagina. Tienes que tener una personalidad fuerte para llegar a donde quieres”.
Se fue abriendo camino en su carrera profesional, pero la llegada a la fama no le fue nada fácil. Para hacer sus primeros pasos en el modelaje, Irina contó: “Nunca había viajado en avión hasta los 19 años. Cuando llegué a París por primera vez tenía 20 años, y nada que ponerme ni que comer. Recuerdo que me sentía muy avergonzada delante de otras modelos por cómo iba vestida”. Su entrada a la agencia Elite Barcelona cambió su vida por completo.