El divorcio de Bill Gates y Melinda sigue echando a correr ríos de tinta. Primero, la atención se centró en la cantidad de millones de dólares que se debían repartir tras la ruptura de su matrimonio. Luego, empezaron a aparecer detalles ocultos sobre la relación y, por último, los posibles motivos de la crisis. Es en este punto en el que aparece una figura que pocos pensaron ver metido en todo este embrollo: Jeffrey Epstein.
Según informó The New York Times, Melinda estaba muy preocupada por la relación del fundador de Microsoft con el financista. Tanto así, que. aparentemente, en cuanto se enteró del buen vínculo entre ellos, fue que empezó a tramitar el divorcio, más precisamente en 2019, pocos meses antes de que este último muriera en la cárcel.
Nunca quedó del todo claro cuál era el vínculo real entre ellos. Al explotar las acusaciones de pedofilia, Gates había hecho todo lo posible para despegarse, con declaraciones que aseguraban que nunca había estado en ninguna de las mansiones en las que se organizaban orgias, ni había tenido ningún vínculo con Epstein, más allá del comercial, ya que se lo habían presentado como “el tipo con el que tenía que hablar si quería hacer filantropía”. Sin embargo, hubo más de un informe que desmintieron estos dichos y ubicaron al magnate en las mansiones del financista.
Sin ir más lejos, en su momento, el propio Bill tuvo que salir a pedir disculpas, luego de que se filtrara que había pasado la noche en una de las residencias. “Bill Gates se arrepiente de haberse reunido con Epstein y reconoce que fue un error de juicio” había comunicado su portavoz tras el encuentro.
Seguramente quedarán muchos más capítulos en esta novela que cierra un matrimonio de 27 años, que pocos imaginaron que podría llegar a su final y que día a día suma más misterios.