Omar Ayuso tiene 23 años y llegó a la popularidad gracias a su rol de Omar Shanaa en Élite. En sus redes sociales, se caracteriza por su estilo desfachatado y poco estructurado, no pensados desde la provocación sino llevados adelante como un rasgo personal. Tal vez se deba a ser parte de una generación más libre de etiquetas, o quizás sea intrínseco la personalidad que porta desde pequeño y lo ha ayudado a avanzar en su carrera actoral. En una entrevista con El País, habló de sus comienzos, de su futuro y de cómo influye en su vida su identidad sexual.
La profunda mirada de una de las revelaciones de Élite da cuenta de sus raíces árabes, aunque haya nacido en Madrid. Fueron esos ojos, oscuros y expresivos, los que vieron La mala educación, la película de Pedro Almodóvar que dio un quiebre a su vida y lo decidió a volcarse a la actuación. A partir de allí, sus deseos giraron en torno a ser parte del mundo del cine y poder verse en una pantalla algún día. Lo logró de manera temprana: “Me he dado cuenta en estos últimos meses de que yo empecé por todo lo alto, en una serie de Netflix, con unas campañas publicitarias del copón y un nivel de exposición que rara vez se tiene a los 20 años”, cuenta.
También hubo espacio para que Omar Ayuso hable de su orientación sexual: “Yo había asumido que no me afectaba ni a mí ni a mi día a día, que no suponía ningún trauma. Pero luego comprendí que me condiciona en absolutamente todo. Me di cuenta de cómo me afectaba el estigma porque, cada vez que veía un grupo de chavales riéndose, asumía que se estaban riendo de mí”. Sin embargo, la relación con la gente ha cambiado: ahora le persiguen y le buscan para una foto, para un saludo.
Según contó, el futuro de Omar Ayuso está en otros roles dentro del mundo del espectáculo. Está muy cerca de su debut como director en el corto Matar a la madre, sobre la relación entre una mujer madura y un gigoló adolescente. El porvenir del joven madrileño es promisorio y seguramente lo veamos triunfando por mucho tiempo más.