Una noche. Una sola noche parece haber tirado por la borda todo el esfuerzo de los reyes de Holanda para recuperar la popularidad tras los errores cometidos en 2020 y las fervientes críticas hacia ellos. La causante de esta situación tan problemática ha sido Amalia, la hija mayor del matrimonio.
La princesa Amalia ha celebrado sus 18 años por todo lo alto, en una fiesta que habría reunido entre 21 y 100 invitados en los jardines del palacio Huis Ten Bosch. El problema es que cualquiera de las dos cifras, por más dispares que sean según la fuente que las brinda, superan ampliamente el número de asistentes permitidos debido a las medidas sanitarias impuestas por el gobierno por el recrudecimiento de la pandemia.
Desde la familia real han intentado justificarse a través de sus voceros. Primero manifestaron que se trataba "un momento muy importante" en la vida de Amalia, para luego explicar que los festejos habían sido al aire libre, con todas las medidas de prevención posibles y con la debida distancia social, algo que, lógicamente no ha logrado acallar las críticas hacia ellos, en un marco sanitario difícil para los Países Bajos.
Si bien la cantidad de invitados y los detalles del evento, no terminan de quedar del todo claro, lo cierto es que todo parece indicar que han pasado por alto las medidas obligatorias. Tras el escándalo, ha llegado el pedido de disculpas formal por parte de los Reyes y de la princesa, aunque conseguir el perdón será un tarea difícil, ya que no es la primera vez que se ven involucrados en algo similar.