En 2012, "Loewe" produjo un comercial que trajo mucha polémica. En él se podía ver a muchos hijos y sobrinos de diferentes artistas, que hablaban de sus familias mientras enseñaban una vida repleta de lujos y despreocupaciones, más parecida a una película que a la realidad. Esa fue la ocasión en la que España pudo conocer a María Iborra Forqué, hija de Verónica Forqué. "Me da igual ese anuncio. Siempre he llamado la atención de una manera u otra y la gente me ha dicho cosas... No ha sido nada nuevo. La verdad es que me la sudó totalmente" había declarado la joven en ese momento.
María sabe provocar. La joven de 31 años afirma que le gusta "crear cosas estéticas, que atraigan, pero que al mismo tiempo incomoden" y lo lleva a cabo sin miedo, haciendo producciones de fotos que podrían escandalizar a ciertos sectores y que buscan dejar en claro que lo convencional no es lo suyo. "Es muy valiente. Me da un poco de vértigo, pero la adoro. Yo era transgresora, pero no tanto", afirmaba su madre cuando se le preguntaba por ella.
Desde su cuenta de Instagram, que ha sido cerrada en más de una ocasión por las fotografías que sube, María ha montado una gran comunidad que la sigue, admira y apoya. Gracias a sus seguidores y seguidoras, ha logrado dedicarse a las artes y el modelaje, algo que complementa con su cuenta de Onlyfans, plataforma en la que, según ha declarado, gana más de 5.000 euros al mes.
Sin embargo, detrás de su personaje, por el que la han catalogado como "la Miley Cyrus de España" y de su trabajo, se esconde una joven con ideas claras e ideales profundos. Vegana, abstemia y amante de los animales, son algunas de las características que se podrían sumar a su portafolio, aunque si hay algo que no se puede obviar, es el gran amor que sentía por su madre, Verónica Forqué, su pilar fundamental y su compañera de vida, a quien amaba por sobre todas las cosas.