Alba Santana, la hija de Manolo Santana y Mila Ximénez, arribó a Madrid para darle el último adiós a su padre recientemente fallecido. El ex tenista murió a los 83 años producto de un paro cardíaco y a menos de seis meses del fallecimiento de su ex esposa. De esta manera, Alba ha quedado huérfana en apenas medio año.
Alba Santana viajó a Madrid desde Amsterdam, Países Bajos, donde reside con su marido y sus dos hijos. La mujer de 37 años estuvo visiblemente abatida en el tanatorio de Manolo Santana en la Caja Mágica de la capital. Se presentó con unas gafas negras que le cubrían el rostro.
Agradeciendo el pésame de la prensa, Alba Santana expresó que "es un momento muy difícil" para ella. Además explicó que aunque no tenía comunicación con Manolo Santana, le tenía cariño y por eso había viajado para despedirlo. Tras unas escazas palabras, la hija de Mila Ximénez le pidió disculpas a los reporteros y siguió su camino.
Además de Alba Santana, también se hicieron presentes en el tanatorio los otros dos hijos de Manolo Santana: Borja y Bárbara. Ninguno de los dos quiso hacer mayores declaraciones. "Un millón de gracias a todos. Yo creo que si os pusieseis en mi lugar entenderíais que no me apetece mucho hablar, entendedme. Pero os lo agradezco", dijo el hijo del ex tenista.
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