Este viernes 8 de octubre se cumple una semana de la celebración de la boda de Anabel Pantoja y Omar Sánchez en La Graciosa. Los primeros días posteriores, la novia se había sentido muy mal por una gripe que contrajo tras la fiesta nocturna en la playa. No fue la única, ya que su prima Isa y su amiga Belén también estaban enfermas. Luego de terminar el tratamiento, la sobrinísima regresó al hospital porque seguía con dolor y se topó con un médico que la dejó disconforme.
Anabel suele sufrir de dolores de garganta normalmente. Gritar mucho o someterse a bajas temperaturas sin estar bien abrigada le comprometen la salud, como a todos, pero ella es especialmente sensible en esos temas. Hace pocos meses había sido ingresada en dos ocasiones a un hospital por no cuidarse como correspondía. En esta oportunidad, debió regresar a ver a un médico porque los dolores y la tos no cesaban, el médico le indicó un tratamiento, pero ella se disgustó.
Por eso, la influencer decidió hacer una denuncia en sus redes sociales hacia el profesional contando por qué estaba molesta. Según ella, el médico la examinó desde lejos, se saltó varios pasos y sólo miró su historial para decirle que no podía volver a recetarle antibióticos. Anabel le pidió que le inyecte algún medicamento para que actúe rápido, algo que a ella le ha funcionado en el pasado, pero “me ha dicho que no tengo la garganta para eso, que todo es gripal, que con un frenador… todo muy pausado”.
Anabel Pantoja se sintió estafada: “yo pensé que esto era una broma. Me había dicho que eso es lo que hay y que yo no le puedo obligar a él a que me pinche”, continuó en su relato. La recién casada dijo que ella no pretendía obligarlo, sino que le sugirió un tratamiento que en otros lugares le han dado y la hizo mejorar. Como el médico insistió con un frenador, ella pidió una hoja de reclamaciones y lo denunció en el hospital. Además, aseguró que cambiará de hospital, ya que en este solía atenderse seguido, pero no se sintió cómoda ni cuidada.