Hoy en una diva de redes sociales, un nuevo estereotipo de belleza y hasta un ideal de consumo. Kim Kardashian, la más pop de las pops, quien forjó una carrera en base a los formatos televisivos y la espectacularización de su propia existencia. ¿Tiene acaso Kim Kardashian el mejor trabajo del mundo? Puede ser, puesto que trabaja de ser ella misma. No hace falta que haga nada: siempre se va a estar hablando de su vida.
Mucho antes de la fama desmedida y de los reality shows propios, Kim Kardashian era la asistente de Paris Hilton. Algunos señalan que la diva hotelera le gritaba, le pedía que cargara sus cosas y le exigía masajes en los pies. Era la época de apogeo de Paris y nadie se detenía a pedirle una foto a la desabrida asistente de la mujer del momento.
Pero no faltaría mucho para que Kim Kardashian tuviera su salto a la fama y arrase con la popularidad de Paris Hilton. Si en aquel momento The Simple Life - el reality que mostraba cómo la niña mimada y heredera de un imperio hotelero tenía que lidiar con una vida en el campo- era sensación, el reality de las Kardashian superaría su fama, muchos años después.
Así es como Kim Kardashian fue subiendo de categoría dentro del star system internacional. Hoy todo de ella interesa: su look, sus dichos, su relación con su ex. Todo, absolutamente lo que Kardashian toque se convierte en oro, por eso no solo su vida privada le da de comer al periodismo, sino que Kim es toda una empresaria exitosa que vende sus cosméticos (además del Kardashian Style para vivir la vida).