Decir adiós nunca es sencillo, sobre todo, si aquello de lo que nos despedimos, ha sido una parte fundamental de nuestra vida. Eso es lo que debe sentir Concha Velasco, que a sus 81 años ha decidido bajarse definitivamente de los escenarios y terminar una carrera de más de cincuenta años.
Esta nueva etapa ha decidido encararla lejos de los focos mediáticos, mucho más cerca de la persona, que de la artista, disfrutando de los suyos. Por eso, ha decidido dejar su piso a las afueras de Madrid para mudarse al mismo edificio en el que viven sus hijos: Manuel Velasco y Paco Marsó, quienes nunca la han dejado de lado.
Fueron ellos mismos quienes controlaron y llevaron adelante el proceso de la mudanza, que apenas incluyó unos muebles, un colchón y algunas pertenencias. Tanto Paco como Manuel cargaron muchos de los bultos por la calle y hasta lo subieron a su vehículo. De Concha Velasco, eso sí, no hubo noticias en el lugar.
Comienza una nueva era para una de las artistas más reconocidas y emblemáticas de España. Los escenarios y las canciones quedaron atrás para ser reemplazados por un rol mucho más tranquilo y menos mediático, el de abuela y el de madre. Ese parece haber sido el gran deseo de Concha Velasco.