Ser una gran estrella de Hollywood no es garantía de ser inmune a las propias inseguridades y pensamientos negativos. Tal es el caso de Megan Fox quien, a pesar de ser conocida en el mundo como un símbolo de la sensualidad, admitió que todo el tiempo lucha con la imagen corporal que ella tiene de sí misma.
En una entrevista conjunta con su novio Machine Gun Kelly para la revista GQ publicada el lunes, la protagonista de Jennifer’s Body ha admitido que tiene cierto grado de dismorfia corporal, una enfermedad psicológica caracterizada por involucrar un enfoque obsesivo en un defecto que la persona considera tener en su propia apariencia, exista o no.
“Podemos mirar a alguien y pensar: 'Esta persona es tan hermosa. Su vida debe ser muy fácil. Probablemente no se sientan así sobre sí mismos ", señaló. Durante la entrevista, Megan Fox dijo que casi llegó a un 'punto de ruptura' después del lanzamiento de su película Jennifer's Body porque se había visto constantemente sexualizada en películas y medios.
La obsesión puede ser tan peligrosa que el individuo puede pasar horas al día tratando de corregir lo que cree que son "defectos" y puede llevar a experimentar con muchos procedimientos cosméticos o hacer ejercicio en exceso. Las personas con este trastorno a menudo examinan su apariencia en el espejo constantemente, la comparan con otras y evitan situaciones sociales o fotos. Por tanto, el campo de las redes sociales puede convertirse en un agravante de la enfermedad.