La astrología, de estar relegada a la última página de las revistas del corazón, pasó a ser tema casi cotidiano. La forma más lúdica y divertida de presentarse es hablando de los signos propios y ajenos y dónde están estos ubicados. Términos como "sol", "luna" y "ascendente" pueden estar pillando por sorpresa a los desprevenidos y, para dejarlo claro de una vez, hoy explicaremos qué determina cada uno de estos aspectos de la carta astral.
El factor más popular de la astrología es lo que llamamos "el sol". Cuando una persona responde de qué signo es, contesta con su signo solar. Claro que, como veremos más adelante, hay otros signos ubicados en otras partes de la carta astral que también son cruciales para entender este arte, pero el sol es "la piedra angular" de la astrología. Nos habla de la esencia, su identidad más íntima y su forma de lucirse en este plano terrenal.
Pero la astrología es igual de compleja que la existencia humana y difícil es su explicación. Es por eso que se suman dos conceptos claves a la hora de una lectura certera. Uno es la luna, la cual nos habla de las emociones y de nuestras necesidades inconscientes. Es un aspecto clave para entender cómo nos vinculamos, entre otras cosas, con la pareja. El signo que tengamos en la luna nos hablará de cómo sentimos y qué necesitamos y cómo amamos al otro.
Por último, pero no menos importante, dentro de esta pequeña y sencilla guía hacia la astrología, está el ascendente. Se trata de una línea imaginaria que es reconocida como aquella que traza "nuestro destino de vida". El ascendente explica qué experiencias atraemos y generamos, en qué nos inspiramos y cómo es nuestra carta de presentación ante el mundo. Con tener claro qué es el sol, la luna y el ascendente, ya no hay chances de quedarse afuera de uno de los temas que son tendencia hoy por hoy.