No es ninguna sorpresa que crecer siendo una estrella infantil es un desafío. Atravesar la infancia frente a la mirada de todo el mundo puede dejar graves consecuencias en la salud mental de una persona. Especialmente si se debe mantener la imagen de una empresa monumental como es Disney. Y esto, Selena Gomez (29) lo sabe demasiado bien.
La artista estadounidense se inició en el mundo de la actuación a los 10 años, cuando logró un papel secundario en el programa infantil Barney y sus amigos. Luego le siguieron pequeñas participaciones en proyectos como Mini espías 3-D (2003) y Walker, Texas Ranger: Trial by fire (2005). No obstante, la fama mundial le llegaría luego de firmar con la compañía del ratón.
Un papel secundario en Hannah Montana y el protagónico en Los magos de Waverly Place hicieron de Gómez la nueva estrella adolescente, adorada por miles y miles de niñas y niños a lo largo del globo. Su carrera paralela como cantante -también bajo el sello de Disney- no hicieron más que solidificar su estatus como “la nueva chica Disney”. Sin embargo, esto vino con un precio alto.
Recientemente, durante el panel de prensa de la Asociación de Críticos de Televisión de Estados Unidos para promocionar su nueva serie de Hulu, Only murders in the building, la actriz se sinceró sobre su experiencia como una de las figuras principales de la multimillonaria empresa.
“Le di mi vida a Disney a una edad muy joven, por lo que no sabía lo que estaba haciendo. Solo corría por el set (de Magos) y no aprendí mucho. Ahora me siento como una esponja, tratando de absorber toda la sabiduría que pueda” reveló Gomez, quien anteriormente había declarado que la presión de tratar de ser perfecta para cumplir con los estándares de Disney no había sido positivo para su salud mental.
Ser una estrella de Disney
Selena Gomez no es la primera -y probablemente no sea la última- en hablar sobre lo duro que fue crecer siendo una estrella de Disney y las consecuencias que tuvo en su vida. Los hermanos Jonas -Kevin (33), Joe (31) y Nick (28)- expresaron en su momento que el aspecto de jóvenes puros que la compañía les impuso fue una cruz muy difícil de cargar en público cuando ya se habían convertido en hombres adultos.
Demi Lovato (28) reveló en su documental Dancing with the devil que la presión que sintió para tratar de cumplir con la imagen de “chica Disney” no ayudó para nada con su bulimia y sus tendencias autodestructivas. Demonios con los que lucha hasta este día.