El final de la película Titanic, de James Cameron, ya es conocido por todos. ¿Alerta de spoiler? Vamos, que han pasado 24 años de sus estreno. Rose, a sus cien años, arroja el preciado diamante en forma de corazón desde la cubierta del barco y regresa a su habitación donde finalmente muere en paz. Después, le siguen imágenes de su juventud realizando diferentes actividades y, por último, la transformación de los restos del barco a lo que era previo al hundimiento.
Si bien ese fue el definitivo, las cosas estuvieron a punto de ser muy diferentes. En el final alternativo, la nieta de Rose y el líder de la expedición de salvamento, el Sr. Lovett, logran que la mujer de 100 años frene la acción de tirar al mar el famoso diamante. Sin embargo, luego de varios intentos fallidos que apuntan a que Rose reaccione y no lo lance, asegura que ella se encuentra en ese barco con el fin de devolver la joya “a su sitio”.
Una vez pronunciadas esas palabras, la piedra pasa a manos del Sr. Lovett, que le dice: “Usted busca el tesoro en el lugar equivocado, Sr. Lovett. Sólo la vida no tiene precio, y hacer que cada día cuente”. En ese momento, Rose logra quitárselo de las manos y lanzarlo al océano, provocando el susto del resto de la tripulación. Uno de ellos, incluso, se atreve a gritar: “¡Eso sí que es una mierda, señora!”.
Las situaciones extrañas llevan a que Lovett se mire sus propias manos y ría de forma semi maníaca. Acto seguido, le pregunta a la nieta de Rose si desea bailar. Se trata, sin dudas, de un final particular que posiblemente hubiera resultado inentendible para muchos espectadores. Lo cierto es que fue modificado, y el definitivo es el que todos conocen...por suerte.