En el día de ayer, Disney+ -la plataforma de streaming del ratón- liberó el primer episodio de Loki, la nueva apuesta del Universo de Marvel para televisión. Muchos fans estaban ansiosos por este estreno, puesto que el personaje del Dios del engaño, interpretado con todo el carisma por Tom Hiddleston, es el villano favorito de varios espectadores. Y por lo que se pudo ver, tienen motivos para ponerse contentos.
La idea de que este querible villano tuviera su propio programa era algo muy tentador, ya que Loki siempre había demostrado ser un personaje que poseía todo lo necesario para brillar como protagonista. Esto fue, en su gran parte, gracias a los dotes actorales de Hiddleston, quien desde el minuto uno supo hacer suyo al Dios nórdico. Este primer episodio es consciente de esto y sabe como explotarlo.
Si bien en las últimas películas, Loki había experimentado un crecimiento como personaje -al punto de luchar codo a codo con su hermano, el Dios del trueno- la serie nos presenta al Dios arrogante y codicioso que conocimos allá por el 2010 con el estreno de la primera Thor. Esto se debe a que la serie continua la historia de Loki desde la última vez que lo vimos, robándose el Teseracto en 2012 mientras se desarrollan los eventos de Avengers: Endgame y creando una línea temporal alternativa en el proceso.
A causa de este hecho, la Autoridad de Variación del Tiempo atrapa al Dios del engaño y le explica que los va a tener ayudar a arreglar el desastre temporal que dejó si quiere recuperar su libertad. Con esta premisa y una estética única, la serie presenta un número de ideas que podrían llevar a caminos inexplorados que ni siquiera WandaVision se animó a caminar. Quedará esperar con que nos sorprenderán los restantes cinco episodios, que se estrenaran semanalmente.