Los participantes de Supervivientes saben que están expuestos a todo lo que la producción decida. Es decir, además de las condiciones que proponen las mismas reglas del juego, tuvieron que acostumbrarse a los diversos desafíos que le plantean desde detrás de cámara, los cuáles intentan llevarlos a sus límites. En el programa de hoy, se vivió un nuevo ejemplo de esto.
Todo empezó cuando le informaron a Lara Sajen que su hermano estaba en la isla y que iba a poder verlo. La joven se puso contenta ante semejante visita, aunque la sonrisa se le borró al ver que estaba encerrado en una jaula y que su liberación iba a depender de la buena voluntad de sus compañeros, que debían pasar una prueba para conseguir la llave correspondiente.
Los participantes se acercaron sin dudar hasta el lugar del desafío, que a simple vista consistía en comer una banquete que la producción le había preparado. Sin embargo, cuando se revelaron los platos que debían ingerir, las caras de asco se multiplicaron, porque en la mesa se encontraban comidas tan apetitosas como un ojo de vaca, sesos y caca de mono.
A pesar de lo que se podría esperar, ninguno de sus compañeros abandonó la situación. Primero, Sylvia Pantoja, una de sus máximas enemigas, se animó y probó el ojo de vaca. Luego, Carlos Alba fue por los sesos, Gianmarco Onestini por la caca de mono y Melyssa Pinto por una oreja con pelos. Así, cada uno fue pasando, hasta que consiguieron 16 llaves.
Finalmente, Lara pudo encontrarse con su hermano y abrazarlo sentidamente, protagonizando uno de los momentos más emotivos del programa, que incluso provocó las lágrimas de más de un compañero. Después, obviamente, agradeció a todos y todas por el apoyo y la ayuda que le habían dado.