Quince años han pasado del estreno El diablo viste de Prada, una icónica película que se convirtió en un clásico del cine. El film cuenta la historia de Andy, interpretada por Anne Hathaway, que consigue un trabajo en una de las revistas más importantes del mundo de la moda, dirigida por la exigente Miranda Priestly, a quien Meryl Streep dio vida en una increíble interpretación, logrando convertirse en uno de los personajes más queridos del público, a pesar de ser “la mala de la película”.
Para el 15° aniversario de la película, Entertainment Weekly hizo una historia oral exhaustiva, reuniendo a las estrellas y al equipo detrás de la película para recordar este clásico de cultura de la moda. Entre otros detalles inéditos, se reveló que Michelle Pfeiffer, Glenn Close y Catherine Zeta-Jones fueron las figuras que se barajaron para el papel de Miranda Priestly, antes de terminar por otorgárselo a Streep.
La renombrada actriz confesó que se sintió “miserable” cumpliendo este rol. “Fue horrible, me sentí miserable. Podía escuchar a todos reír, estaba muy deprimida. Dije: Bueno, es el precio que pagas por ser el jefe. Esta es la última vez que intento hacer un personaje así”, confesó Streep, quien se vio abrumada por la situación. Finalmente, la película despertó la polémica. Trascendió el dato de que las juntas directivas de varios lujosos complejos de apartamentos de Manhattan se negaron a ser locaciones del film por temor a ofender a Anna Wintour (la directora de Vogue en quien, obviamente, se inspira el personaje de Meryl).
El papel de Miranda Priestly cambió la forma en que Streep, ya ganadora de numerosos premios Oscar, actuó a partir de entonces. La actriz surgió en una época en Hollywood donde la actuación del tipo “método Stanislavski” era muy importante. Construido sobre conceptos originalmente concebidos por Konstantin Stanislavski y desarrollado por su acólito Lee Stransberg, la actuación del Método se basa en “convertirse en el personaje” que estás interpretando en lugar de simplemente actuar el papel, así como en evocar recuerdos personales para desarrollar la actuación.