Había una vez un niño, nacido en Murcia y de ojos color mar, que soñaba con cantar un día en el Festival de la Canción de Eurovisión. Ese pequeño creció, se preparó, trabajó, sudó y luchó hasta que su mayor anhelo se volvió realidad. Este sábado, Blas Cantó, ese murciano de voz potente y llena de emoción, brilló bajo las luces del Ahoy Arena de Róterdam.
Blas Cantó impactó con su apuesta en Eurovisión 2021. Acompañó a su interpretación de Voy a quedarme vestido de negro, con sobriedad, para que la protagonista fuera la música. Pero el condimento principal fue la emoción. Antes de su actuación, la organización mostró algunas imágenes del artista, entre las que se destacó una foto con su abuela, una de las figuras más importantes en su vida y también una dolorosa pérdida, ya que la mujer falleció el año pasado como consecuencia de la covid-19.
Cuando promediaba la interpretación en esta final de Eurovisión 2021, una luna enorme dominó el escenario para dar un marco aún más espectacular. Blas Cantó coronó su emocionante despliegue vocal con un cierre a capella mientras miraba hacia arriba, conectándose con lo más profundo de sus afectos. Al finalizar su canción, la dedicó a su abuela en inglés y en francés: “I love you, mum” y “Je t’aime, mama” (“Te amo, mamá”). El cantante había revelado que esta pérdida tan cercana fue de los momentos más difíciles de su vida.
La de Blas Cantó fue una excelente actuación, más allá de todo talento artístico y despliegue técnico. Una interpretación llena de sentimiento que se colaba directamente en el corazón de quien la disfrutara. Sin embargo, estuvo lejos de la victoria en Eurovisión 2021: obtuvo 6 votos del jurado profesional y ninguno del televoto, lo que lo dejó en el número 24 de la clasificación. El ganador de la edición fue el grupo italiano Måneskin.