A simple vista, Sexify puede parecer un intento por tomar la fórmula de Sex Education y replicarla para alcanzar parte de su éxito. Sin embargo, aunque comparten la desinhibición que muestra, el tono y el hecho de poner al sexo en un lugar natural que se aleje del tabú, esta serie polaca tiene mucho para ofrecer y distanciarse de la que, a priori, se presenta como su hermana mayor.
Su protagonista es Natalia, una estudiante de ingeniería que ve como el proyecto en el que estuvo trabajando durante años es rechazado, lo que hace peligrar su carrera y su beca. A raíz de esto, e impulsada por las palabras de su profesor, decide realizar una app para que las mujeres puedan disfrutar de la mejor manera su intimidad.
Es una historia sencilla, que, aunque puede resultar efectiva, no busca destacarse, sino que funciona como un puntapié inicial para que la serie se centre en lo que realmente quiere hacer: mostrar los diferentes tipos de realidades, cuerpos y sexualidades que existen.
Es en este punto donde brilla. La serie no tiene pudor en que haya desnudos o escenas de sexo un poco más explicitas de lo acostumbrado, pero tampoco lo tiene para mostrar cuerpos que se alejan de la norma de otras producciones, donde se camufla hasta la más mínima imperfección. No lo hace por rebeldía, ni para ganar notoriedad en internet, sino para mostrar un cuadro lo más cercano que pueda a la realidad.
Por último, hay que destacar a sus personajes. Si bien pueden ser un tanto estereotipados, harán que muchos de sus espectadores y espectadoras se vean reflejados e identifiquen por lo auténticos que se ven, sobre todo a partir de sus miedos, inseguridades y la visión que tienen sobre ellos mismos
Quizás, Sexify nunca llegue a ser la serie más popular de Netflix, pero, por todo esto que mencionamos, es que consideramos que vale la pena darle una oportunidad.