Movimiento Monárquico Argentino (MMA) es un grupo que se originó en Quilmes, provincia de Buenos Aires, Argentina y tiene como líder a Santiago Carosini. Todo comenzó cuando, a finales de la década de 1980, formó el movimiento junto a su padre para "cambiar el sistema de república en el país". Desde entonces, comenzó a organizar su proyecto.
Si bien su padre falleció en 2014, él siguió adelante con la propuesta que habían ideado en conjunto. "Para elaborar nuestro pensamiento monárquico nos basamos en la trágica realidad que la república les impone a los pueblos que tienen la desgracia de caer en sus manos", explicó Mario, que propone una monarquía constitucional parlamentaria en Argentina. Según él, de esta manera, se terminará "corrupción estructural y llegar a mejores índices de desarrollo, bienestar y nivel de vida".
Resumiendo, Carosini y los afiliados del MMA plantean que debe ser un rey quien controle al gobierno. Éste tendría su lugar en la Quinta de Olivos, mientras que la Casa Rosada continuaría siendo la sede del gobierno. Santiago está en preparativos para presentar tal proyecto ante el Congreso Nacional. “Nuestra situación institucional nos lleva a actuar de manera diferente al resto de los movimientos monárquicos del mundo que, generalmente, tienen una casa real propia”, señaló el hombre de 58 años en diálogo con La Nación.
Asimismo, el presiente de dicho movimiento sostiene que la monarquía argentina deberá proteger al contribuyente: “Mi modelo sería como el reino de Suecia, donde los diputados se planchan sus camisas y viven en un monoambiente”.
La idea es que una de las hijas de Máxima Zorreguieta, Alexia o su hermana Ariane, se conviertan en un futuro en la reina del país. La propuesta descarta obviamente a Amalia, ya que ella es la heredera directa al trono de Holanda. “Esta situación altera nuestra estrategia porque nos obliga a hacer dos cosas simultáneas: primero difundir las bondades de nuestro proyecto de monarquía constitucional; y segundo, buscar una dinastía para nuestro proyecto”, explicó.
“La princesa Alexia podría ser una buena alternativa, o eventualmente su hermana. No la única, pero sí una buena alternativa”, afirmó muy seguro de sus palabras. Sin embargo, dejó en claro que cuando se presente el proyecto de ley en el Congreso Ncional, no mencionarán a ningún miembro de la realeza, ya que para hacerlo necesitarían su permiso previo.